Por qué el turismo es un gran invento hasta que deja de serlo
Pedro Bravo, periodista y escritor (@PedroBravo en Twitter), hace una estupenda reflexión sobre el turismo y sus consecuencias.
Me ha parecido un libro recomendable para compartir en mi espacio del responsable consumo. Si quieres ampliar lo que comento en esta publicación, puedes comprar tu ejemplar de Exceso de equipaje en las plataformas habituales.
El turismo ha dejado de ser un lujo y cada día más, nos cuesta renunciar a esta importante parcela de nuestro consumo. Todo el mundo quiere tener vacaciones y salir.
Leer este libro me ha supuesto reflexionar sobre el serio problema que supone el turismo y que ha llegado hasta el rellano del piso donde vivo en una zona cercana al centro de Madrid.
Hace tiempo que tengo la sensación de que hay una cantidad de gente desbordante, han abierto cientos de restaurantes de todo tipo, pastelerías, cafeterías, tiendas de souvenirs y en general establecimientos orientados al turismo. Hay atascos de gente con maletas por las calles. El turismo es un fenómeno cada vez más visible y presente.
Ahora soy parte del escaparate (como dice Pedro Bravo), un habitante del lugar que otros visitan.
Resulta que también soy turista, así que gracias a mis viajes, otras personas se sentirán parte de un escaparate. Ocurre cuando he ido a Venecia, París, Ámsterdam o cualquier destino recurrente por sus atractivos turísticos. He aquí la primera reflexión.
Nosotros somos parte del problema y de la solución. Según dice Marcelo Risi (@RisiMarcelo en Twitter), la revolución comienza en casa, nosotros como consumidores tenemos mucho que decir.
Conocí a Pedro Bravo (@PedroBravo en Twitter) gracias a una entrevista que le hizo Carles Mesa (@CarlesMesa en Twitter) en su programa de radio «Gente Despierta» de RNE (@GD_RNE en Twitter). Digo todo esto porque él y sus colaborados son referencias de confianza y una cantera de buenas recomendaciones. Desde el Responsable Consumo, os ánimo a convertiros en unos «despiertos» más.
Seguro que tú también eres turista, y por ello debes pensar en el impacto o huella que dejas al hacer turismo<span class="su-quote-cite"><a href="https://twitter.com/respconsumo" target="_blank">Convergente Pensador</a></span>
El turismo sostenible simplemente no existe. Viajar deja huella y puede apoyar modelos tóxicos que perjudican a los lugares que visitamos y a sus habitantes.
Me interesa saber cómo poder hacer turismo responsable, pensar un poco en cómo ser más sostenible y no perjudicar. El asunto es complejo y lo suyo es escuchar a los que saben más de este tema. Como en todo lo relacionado con «lo responsable» lo primero es ser conscientes de lo que no es responsable y a partir de ahí avanzar. Pedro nos ayuda a abrir un poco los ojos en estos asuntos.
Según Lola Herrero, profesora y experta en turismo y desarrollo social, el turismo por definición no es sostenible.
Hay modos de viajar poco sostenibles y otros que participan de un modelo muy nocivo. Por ejemplo, los cruceros son modelos de ocio altamente contaminantes por los residuos que producen, por el dióxido de carbono que se expulsa a la atmósfera, por el consumo de agua o por la masificación que generan en los lugares donde atracan.
Para concretar esta idea de los viajes y el turismo sostenible y responsable no consiste en criminalizar ni cuestionar las opciones de ocio que cada uno elija, como he apuntado con los cruceros. Se trata de estar informados y ser respetuosos.
El asunto es que seamos conscientes de que hay ciertos aspectos de los viajes y de nuestro modo de vida que pueden contaminar mucho y perjudicar a las personas que se supone que viven del turismo.
Aquí dejo algunas ideas importantes que me han marcado tras leer el libro de Pedro Bravo, a tener en cuenta cuando viajamos.
- El combustible de los aviones y su dióxido de carbono tiene un serio impacto en el medio ambiente
- El combustible de los cruceros es muy contaminante, así como sus deshechos que van directos al mar
- Los grandes hoteles consumen una cantidad de agua y recursos energéticos ingentes
- Los billetes de avión muy baratos pueden fomentar viajes prescindibles como ir y volver a Londres en el mismo día ¿tiene sentido?
- Viajar en coche largas distancias sin ocupar todas las plaza
- Es aconsejable contratar servicios a las personas y empresas nativas
- Consumir en negocios locales
- Evitar los lugares masificados para no contribuir más a su degradación
- Tener cuidado con los productos tipo «todo incluido» ya que suelen impedir que el dinero del turista llegue a la economía local
Recomiendo estos contenidos:
- Turismo Sostenible para el Desarrollo
- Espacio para la responsabilidad de RNE
- A vivir que son dos días en la cadena SER (@Avivir en Twitter) con Lourdes Lancho (@loulancho en Twitter) – Viendo Obras
- Vida verde en RNE – Alternativas de turismo responsable
- Las piernas no son del cuerpo – Melodía FM – Entrevista a Nagore Espinosa (@nagore_espinosa en Twitter) Directora y Fundadora de In2destination
- Sector 3 de RNE (@Sector3Rne en Twitter) con Laura Prieto (@lauraprietoguij en Twitter)- Turismo responsable, un compromiso de todos – Me ha gustado la intervención de Isabel Garrido (@Isabelgarro en Twitter) de https://www.pactomundial.org (@PactoMundial en Twitter)
- Dejar de tener coche en una gran ciudad
El libro Exceso de equipaje habla de nosotros mismos
Todos queremos vivir experiencias únicas y conocer lugares exóticos, lugares lejanos o cercanos, salir al monte o ir a la playa. Las nuevas tecnologías sacan del anonimato esos lugares tan bonitos que antes conocían unos pocos y de repente, se masifica el lugar y el rodillo del turismo hace lo suyo sin tener un plan previo excepto el plan de hacer negocio.
Pedro Bravo te propone un texto muy fácil de digerir, ameno y sin demasiados números (lo cual agradezco porque suelo olvidarlos con facilidad). Creo que intenta ponernos a nosotros mismos en el punto de mira y que pensemos en nuestro papel de turistas. Este es el único modo de mejorar los hábitos turísticos, reflexionar como consumidores.
Desde que me leí el libro comencé a seguir a Pedro Bravo en Twitter. Su cuenta y su contenido es coherente con el libro que ha publicado y me da a entender que escribe porque le gusta el asunto y le interesa (para mí algo necesario para convertirse en un referente).
Si sientes curiosidad por el problema del turismo y quieres aprender a ser un turista responsable, este libro es una buena opción para empezar.
ENLACES RECOMENDADOS SOBRE PEDRO BRAVO
- Podcast de la entrevista a Pedro Bravo en Gente Despierta de RNE
- Comprar el libro Exceso de Equipaje de Pedro Bravo en la Casa del Libro
- Entrevista a Pedro Bravo en el Diario.es
EL GRAN NEGOCIO DEL TURISMO, UN SECTOR QUE NO DEJA DE CRECER
Tal y como funciona el mundo, allá donde hay negocio, hay intereses y conflictos. Una gran parte de la población dedica dinero a viajar por lo que es lógico suponer que haya una industria alrededor que tratará de vendernos productos y servicios.
La estrategia para vendernos productos y servicios que adopta esta industria del turismo se comporta de forma despiadada en muchas ocasiones o por lo menos, no siempre se tiene en cuenta al ser humano (véase ejemplo Ryanair).
La mala gestión y la falta de regulación ha hecho y está haciendo estragos y vemos como las zonas más bellas se degradan sin que se haga nada al respecto.
Lo único que parece importar a nivel político, es favorecer el crecimiento económico del sector. Creemos que el crecimiento significa prosperidad, pero seamos cautos porque esto, es un espejismo y arrastra serias consecuencias. El crecimiento continuado no es posible.
En algunos lugares del mundo se plantean limitar la afluencia desmesurada de viajeros a través de tasas turísticas para paliar los problemas de masificación. Esta solución no es fácil de implantar. Hay lugares tan saturados, como ocurre en Venecia, que requieren a día de hoy de tornos que regulen el acceso de turistas.
Los pisos turísticos son otro gran problema que está golpeando fuerte en las grandes ciudades. Las administraciones públicas van muy por detrás de su expansión y explotación.
Se requieren legislaciones y regulaciones que impidan que la oferta de la ley y la demanda destruya barrios emblemáticos y desplace a los vecinos que precisamente dan vida a esos lugares.
Plataformas tipo Airbnb han perdido su carácter supuestamente colaborativo para convertirse en una herramienta de explotación de pisos para alquiler vacacional, algo así como una inmobiliaria a nivel global.
Las actividades turísticas en el centro de las grandes ciudades también comienzan a chocar con los ciudadanos. Cada vez hay menos espacio para los peatones.
El «terracismo» (un término de mi cosecha que integra los términos terraza y terrorismo) se expande a tales niveles que en algunas calles simplemente, no se puede caminar. Se han tomado las plazas y la calles y se ha ocupado el espacio público para explotar negocios de hostelería.
Lo que antes era una terraza anexa a un bar, ahora se ha convertido en una estructura sólida, consolidada y estable que actúa como una ampliación del establecimiento. Este nuevo espacio ocupa de manera eterna esa calle que es de todos los ciudadanos y que por supuesto, no pertenece al empresario que explota dicho negocio. Donde antes había un bar, ahora hay dos.
Han surgido empresas de animación y actividades para turistas que deberían tener algún tipo de control administrativo. En esta vorágine que vivimos, «falsos guías» pueden desviar el trabajo de guías profesionales, los nuevos medios de movilidad ligeros (minicoches, segways, bicicletas eléctricas, hooverboards, etc…) campan a sus anchas minando las aceras y los lugares con encanto están tan congestionados que dan ganas de salir huyendo.
Las cifras del crecimiento del turismo esconden otras cifras; la bajada de los sueldos y la precarización en el sector servicios, la subida del precio del alquiler de las viviendas, el desplazamiento de vecinos por turistas en determinados barrios, la masificación y la degradación de los lugares donde vivimos.
Si no respetamos el lugar que visitamos, no será un lugar agradable.
El problema del turismo afecta a nivel global. Ha transformado ciudades en escenarios y ha sido motivo de debate en lugares con serios conflictos como ha pasado en Venecia, París o Ámsterdam. Barcelona ha sido uno de los primeros lugares cercanos en empezar a dar la voz de alarma dada su situación geográfica y sus políticas aplicadas desde la época de las olimpiadas.
Estos problemas se van replicando en otros tantos lugares de nuestra geografía de forma preocupante siguiendo patrones similares.
El negocio del turismo ha ido demasiado bien, tanto que ya es un problema
Allá donde hay un paraíso hay visitantes, y a partir de ahí, empieza la degeneración de ese lugar y su conversión en un destino de peregrinaje. Si nada lo impide empiezan las inversiones para construir, se mejoran las infraestructuras de acceso (olvidando otras esenciales como son las de los suministros básicos), se prometen puestos de trabajo y ya tenemos un nuevo desastre como el del Algarrobico.
Cada vez que voy a algún lugar soy testigo de nuestra infinita ceguera
No dejo de ser un turista más que va a los lugares de peregrinaje y también formo parte del problema de la masificación, como tú. No hace falta esforzarse mucho y observaremos los excesos que acaban con nuestros lugares más preciados. Hoy día, después de todas las barbaridades de las que hemos sido testigos en las costas, volvemos a ver grúas en el horizonte minando paraísos naturales. Creo que ya lo he dicho, pero el crecimiento infinito no puede darse. Hay límites, siempre los hay.
Tú eres un turista más formando parte del problema y la solución
Cuando nos vamos de vacaciones, con cada pago que hacemos, como ocurre en cualquier aspecto del consumo, estamos decidiendo sobre asuntos muy importantes. Si no te has parado a pensar sobre la huella que dejamos cuando viajamos, te recomiendo que lo hagas.
Salir es hacer turismo, ir a la playa es hacer turismo, pasar un fin de semana con los amigos en una casa rural es hacer turismo. Quiero decir con esto que tú eres un turista y tienes una responsabilidad. Como consumidores tendremos que pensar a quién contratamos como guía, taxista o en qué lugar comemos o compramos un recuerdo o a quién le alquilamos un apartamento.
Como nos dice Pedro Bravo, pensamos que somos viajeros singulares, y puede que lo seamos, pero no nos engañemos, somos turistas aunque alquilemos un apartamento en el barrio más pintoresco de Nueva York en vez de ir a un hotel. Todos queremos disfrutar de lo mejor, pero piensa que como tú, hay millones de personas.