¿Cuánto pesan nuestras mochilas?

La reflexión de George Clooney en la película Up in the air nos hace darnos cuenta de que en realidad cada vez nos cuesta más movernos o simplemente vivir (quien haya hecho una mudanza habrá experimentado esta certeza).
Esta dificultad se da tanto en lo físico coestamo en lo mental ya que nuestro afán acumulativo nos lastra y nos hace prisioneros en todas las dimensiones.
Consumir es una gran responsabilidad y conlleva muchos esfuerzos. El consumismo en el que vivimos es un gran problema aunque no se aprecie a simple vista. Nos acostumbramos a comprar y acumular. Nos cuesta cambiar esta tendencia porque se ha convertido en un hábito.
Aprendiendo a desposeer
Sacar cosas de la mochila no sólo supone desposeer sino dejar de adquirir. Podría entenderse que practicando un principio de vida minimalista basado en tener menos de todo, aligeraremos en cierto modo las mochilas.
Dejar de acumular es un cambio de paradigma en nuestras vidas y una revolución que va en contra de todo lo que se nos pide como consumidores. No veréis muchos anuncios pidiendo que seas minimalista.
El minimalismo no es la solución a todos los problemas y retos que tenemos ante la presente crisis global, por supuesto, pero creo que es un buen punto de partida. Pensemos un poco en su potencial y sus implicaciones.
El minimalismo puede ser una de las palancas de cambio de tendencia en la sociedad actual.
No hace falta llegar a los extremos. No hay que sacarse un carnet de persona minimalista. El minimalismo debería ser una actitud que permita simplificar nuestras vidas. Como veis el minimalismo parte de una motivación puramente egoista: ser más felices. No obstante esta tendencia puede ser muy beneficiosa a nivel global.
No olvidemos que el hecho de reciclar deja huella y que la solución al gran problema de los residuos, es dejar de producirlos. Debemos hacer esfuerzos en dejar de generar tanta basura.
Si hacemos pequeños avances será un muy buen punto de partida. Cada uno puede llegar hasta donde le parezca pero lo primero, entiendo, que es necesario plantearse el objetivo y motivarse. Cada uno puede entender el minimalismo a su manera mientras se base en contener el consumo compulsivo y absurdo.
Si te interesa este capítulo puedes escuchar la entrega 20 del responsable consumo titulada «Qué es el consumo responsable y cómo lo pongo en práctica en mi vida «
Reflexionando y siendo críticos iremos llegando a ciertas conclusiones con factor común.
Cuando tomamos consciencia sobre el problema global, cambia la percepción del mundo (como en Matrix) y nos damos cuenta de que todo afecta a todo.
Empezarás interesándote y preocupándote por algún tema en particular y seguirás adelante revisando tus hábitos de consumo en otras dimensiones como la moda, la alimentación, el turismo, la movilidad, el ocio, la tecnología, la energía, la banca, la higiene… Te darás cuenta de que cada paso que vez que compras algo estás tomando una importante decisión.
Quien abraza la necesidad de tener menos y disfrutar de esa circunstancia de manera voluntaria, explotará lo realmente importante. Vaciando las mochilas podremos movernos mejor, y vivir con más intensidad.
@respconsumo en Twitter | Responsable Consumo en Instagram
Somos seres humanos, animales y aunque hayamos perdido de vista ciertos principios, cuando no hay interferencias uno puede volver a conectar con aquello que nos hace sentir realmente bien. No quiere decir esto que nos debamos comportar como lo haría un chimpancé.
Es cierto que hemos tocado el monolito, pero precisamente por eso nos cegamos fácilmente y se nos van las cosas de las manos.
Hablo desde mis pragmáticas verdades, por supuesto y puede que esté equivocado pero por lo que he experimentado, las cosas que poseo nunca me han hecho vivir plenamente. Teniendo lo mínimo cubierto ya tenemos la base para poder disfrutar de la vida plenamente. He sido igual de feliz con coche que sin él, teniendo mucha ropa o poca, esquiando o saliendo a pasear a un monte.
@respconsumo en Twitter | Responsable Consumo en Instagram
Mis mejores recuerdos están asociadas a experiencias con personas. Evidentemente siempre hay un contexto y hablo de situaciones en las que lo básico estaba cubierto. En mi caso lo tengo muy claro, no necesito complicarme la vida para disfrutar al máximo. Parece un tópico pero es como me siento.
Os aseguro que soy y he sido muy consumista por si acaso alguien se está confundiendo. No soy precisamente una referencia del consumo responsable. Tengo muchos vicios, cometo muchos errores y hago cosas que de las que no me siento orgulloso. Pero incluso dentro de esta locura consumista en la que vivimos, se pueden hacer muchas cosas, y si yo consigo avanzar humildemente, tú también puedes. Te animo a seguir adelante.
@respconsumo en Twitter | Responsable Consumo en Instagram
Evitar la religión de usar y tirar
El minimalismo también lo podemos entender como una manera de intentar producir los mínimos residuos posibles en nuestra vida.
Hemos abrazado formas de vida tan antinaturales y brutales con el medio ambiente, como la religión de usar y tirar.
Pensemos un poco en los zumos con sus pajitas, la comida para llevar, la bollería empaquetada, los alimentos frescos embarquetados, los snaks, los refrescos, las botellas de plástico… todo de usar y tirar.
La religión de usar y tirar se basa en nuestra comodidad enfermiza y en la de algunas industrias. Todo tiene consecuencias y nosotros seremos los más afectados.
Cierto es que la ensalada que compramos con sus cubiertos de plástico nos permite la comodidad de comer por poco de dinero, pero estamos pagando un precio muy alto: la gran cantidad de residuos que producimos.
En este sentido conviene no pasarse de frenada con lo minimalista y tener recipientes en nuestras cocinas que podamos reutilizar para intentar no recurrir tanto a los productos de usar y tirar.
Os recomiendo escuchar el episodio Comer de tupper en el trabajo sin contaminar ni atentar contra la salud en el que profundizo en el tema de cómo la tendencia de pedir comidas por encargo en los entornos laborales, está empezando a ser preocupante de cara a la producción de residuos.
De este modo me gustaría añadir que el planeta también tiene una mochila, que llenamos de manera incontrolada y muchas veces es por pura desidia y falta de motivación.
Mi crisis personal de acumulación.
Existe una dinámica que nos mueve a consumir. Durante mi vida esta ha sido una de las leyes que he cumplido más fervientemente. Me he educado con este principio y no he parado de acumular cosas durante toda mi vida.
Soy un avezado consumista como la mayoría. Estamos juntos en esto, es una religión universal que todos abrazamos. Todas las personas tienen en común que consumen productos y servicios.
En ocasiones necesito llevar cosas a casa de mis padres porque ellos tienen más sitio. Al cabo de los años pienso en regalar muchas de esas cosas porque me da vergüenza endosarles mis excedentes y porque sinceramente, ni las necesito y ni las quiero. Guardo cosas porque una vez me costaron dinero y por si acaso.
Aunque he tirado muchos tesoros de mi pasado durante el paso de los años, almaceno algunas de las pertenencias que han formado parte de mi vida por sentimentalismo como muebles, libros, fotos, vídeos, dvds y cds … pero la verdad es que nunca más los voy a necesitar.
Nos cuesta desposeer y liberarnos de nuestras pertenencias y no nos damos cuenta de que nos hacemos prisioneros de nuestro afán de acumulación. En mi caso incluso puedes volverte un invasor despiadado del espacio ajeno.
@respconsumo en Twitter | Responsable Consumo en Instagram
Que haya sitio donde guardar cosas, no quiere decir que debamos hacerlo. Es mejor hacer limpia y liberarnos de esos «trastos», ropas, juguetes antiguos y de ese «por si acaso».
No esperes a vender de segunda mano porque somos tan perezosos… que la tarea nos superará. Es mejor regalar y darle otra vida a nuestros trastos.
Todo lo que posees, te posee
Pienso en el gran esfuerzo que conlleva conservar todas esas cosas que compramos y coleccionamos a la hora de hacer mudanzas o simplemente, de ordenar y limpiar. Pero lo peor, lo que más me pesa, es que lo que está guardado polvo, no lo está usando nadie que lo necesite (aunque fuera sin conseguir dinero a cambio).
Reflexionando en esto caigo en la cuenta de que lamentablemente, yo mismo, estoy educando en la dinámica consumista y acumulativa a mi hijo. Aunque lo pretenda evitar, es así.
Mi chaval disfruta de tener a sus 10 años una buena colección de legos, libros, juegos, muñecos, colecciones de cromos y figuritas… y eso no le quita las ganas de tener más.
Es normal, es lo que les enseñamos y lo que aprenden. Somos nosotros y no ellos los responsables.
Cada vez más frecuentemente nos vemos dedicando días y tardes a ordenar y revisar qué no se está usando para donarlo, pero el tiempo que hay que invertir se nos resta de nuestras vidas y no lo recuperamos. Abrimos cajones en los que no nos acordamos de qué hay guardado al fondo.
En la actualidad vivo en un piso pequeño con mi pareja y mi hijo. Hemos comprobado en nuestras carnes la desesperación que supone pasarse la vida ordenando nuestras pertenencias para poder sobrevivir. .
Tanto es así que me propuesto que si entra algo en casa, hay que procurar hacer hueco primero. En mi caso, si he comprado algo nuevo, intento regalar o tirar si se trata de un artículo desgastado.
Cada vez me siento más tentado de regalar todo lo que no use con cierta frecuencia. Es más cada poco hago revisión de algún grupo de bienes y siempre hay cosas que dar.
En busca del minimalismo
Cada uno puede buscar su propio minimalismo, el ideal será aquel que pueda poner en práctica.
Además de poner freno a esos deseos incontenibles de acumulación con pequeños gestos, ordenar nuestras vidas y racionalizar el consumo, es algo que nos puede beneficiar y hacernos más felices.
Os voy a contar por encima como incorporo el minimalismo a mi vida, un minimalismo adaptado a mis necesidades.
Tenemos tantas cosas que ni siquiera sabemos lo que acumulamos y eso es un síntoma de que algo no va bien. Guardamos por si acaso, compramos porque algo es barato y no porque lo necesitemos (incluso hay cosas que sólo usamos una vez).
Cuando hacemos una mudanza, o una obra y sacamos los trastos nos escandalizamos de la cantidad de cosas que tenemos. Nos damos cuenta de lo absurdo que es nuestra vida y la gran cantidad de dinero que hemos tirado a la basura comprando lo que no se necesita.
No nos damos cuenta de que todo hay que guardarlo y gestionarlo. Debemos reflexionar de que además de ser una carga personal, pese a tener sitio para guardar cosas, tener algo sin darle uso significa que se desperdicia toda la energía que se haya usado para producir ese bien y su mano de obra.
respconsumo en Twitter | Responsable Consumo en Instagram
En este sentido, aprender a desposeer es algo que nos puede facilitar mucho la vida. Dar y permitir una segunda vida a nuestras pertenencias puede favorecer a las otras personas. Quién tenga niños en esta parte del planeta me entenderá.
Un juguete como pueda ser un puzzle bien cuidado no se rompe. Cuando los niños son pequeños, pasados un par de años ese puzzle se quedará en un cajón. ¿Qué sentido tiene conservarlo?.
Nuestros hijos crecen muy rápido y cuando te quieres dar cuenta ese puzzle no lo usa nadie. Mejor deshacerte de ese objeto y dárselo a alguien. Quizás lo puedas vender y donar el dinero a alguna ONG.
Una de las tareas más extenuantes dentro de las labores domésticas es ordenar continuamente el espacio donde vivo. Es un ejercicio continuo y prioritario. En serio, si no lo hacemos es difícil encontrar las cosas.
En una ocasión perdí una sartén para hacer castañas en mi propia casa (algo que en realidad no necesito en absoluto y que compré en un impulso). La encontré un día en un lugar insospechado buscando algo de la limpieza. A día de hoy, sigue sin estrenar. Seguro que tú también recuerdas compras estúpidas que hiciste por un impulso y no por una necesidad
respconsumo en Twitter | Responsable Consumo en Instagram
El minimalismo para mi es una forma de desear liberarme de aquello que me sobra. Permite ponernos frenos y sopesar cada compra que hacemos.
Es evidente que todo lo que hacemos genera una huella y contamina, pero tened en cuenta que el grado de huella puede ser más o menos grande según nuestros hábitos de vida. Hagamos examen y revisemos esos hábitos de vida nocivos.
Esto es una breve propuesta de como aplicar el minimalismo a diferentes ámbitos de nuestro consumo:
Minimalismo digital
Personalmente me cuestiono incluso cuántas aplicaciones instalar en el móvil. Ha llegado un momento en el que uno se pierde entre tanta aplicación y sinceramente agobia abrir el móvil y ver tanto icono. Al final no encuentro lo que necesito.
La llegada de ciertos dispositivos como los libros electrónicos, por ejemplo, pueden evitar tener que comprar tantos libros físicos, por lo menos en mi caso. Me permite ahorrar espacio. Actualmente lo que son ensayos procuro comprarlos y leerlos en formato digital. Esto no es para románticos de la lectura pero sí para pragmáticos como yo.
Adoro las aplicaciones que me permiten prescindir de formatos físicos de contenidos audiovisuales. Ya no tengo cds ni dvds en mi casa.
Minimalismo tecnológico
No necesitamos el último modelo de cámara de fotos, portátil, móvil, televisión o libro electrónico.
Entre la obsolescencia programada y la moda que se impone también a estos artículos, la vida útil de nuestros dispositivos la acortamos más de lo debido, lo cual supone un gran impacto medioambiental.
Resistirse y procurar mantener un minimalismo tecnológico me hace sentir mejor.
En mi salón actualmente sólo hay una televisión muy normal que tengo conectada al movil a través de un Chromecast y un pequeño altavoz bluetooth.
Ya no tengo un equipo de audio home-cinema con un motón de altavoces, una mini-cadena o un reproductor de DVD. Me he librado de gestionar todos esos aparatos con sus correspondientes cables, cargadores y consumibles.
En la actualidad consumo más música (también en directo) y cine que nunca sin tener que contaminar tantísimo como lo he hecho durante años. Ojo que todo deja huella aunque sea un servicio digital. No vayamos a pensar que somos inocuos.
Debemos plantearnos si son realmente necesarios todos los electrodomésticos que nos venden y ser muy críticos a la hora de meterlos en casa.
¿Tienes thermomix o una cafetera de cápsulas?
En mi caso soy súper feliz sin una thermomix, cocino estupendamente bien con una cacerola de toda la vida. Igualmente hago un café estupendo con mi cafetera italiana sin necesidad de consumir cartuchos. En serio, plantéatelo. A veces no es necesario picar el anzuelo.
Cuantos más aparatos, más tiempo tendrás que dedicar a gestionarlos.
No necesitamos la mayoría de las cosas que nos venden pero nos hacen creer otra verdad. Evidentemente no hace falta volver a la edad de piedra, sólo hacernos un poco resistentes.
Así que tendremos que pensarnos bien si comprar la última cámara de fotos, o el último reloj de actividad, porque lo realmente importante es salir y hacer fotos aunque sea con la cámara antigua y hacer ejercicio y salir a caminar o correr.
Minimalismo en el ocio
Cuidado con lo hobbies y el ocio ya que cada vez es una parte más importante de nuestras vidas. Gastamos mucho en ocio y consumimos demasiado sin meditar.
Nos perdemos en comprar los materiales y equipamientos, antes de dedicar realmente nuestro tiempo a la actividad en sí.
Nos debemos equipar poco a poco y en función de las necesidades reales. Os pongo un ejemplo. En una ocasión nos fuimos de acampada con el niño y resulta que pasados los años nos damos cuenta de que sólo hemos usado una vez el equipo.
¿Tiene sentido haber comprado 3 sacos y una tienda de campaña para ir una noche de camping?. Deberíamos haber pedido el equipo prestado y sólo sí surge la afición real, dedicar recursos al tema.
En el ocio más que en otros aspectos de nuestro consumo, alquilar y reusar es fundamental ya que es muy habitual comprarse equipos específicos para practicar algún deporte en una sola ocasión. No tiene sentido.
Es importante aprender a no hacer del consumo en sí, un pretexto de ocio.
Comprar por comprar no aporta nada. Es una ilusión. Debemos poner freno y no dejarnos llevar por los espejismos. Personalmente, salir de compras no me parece la actividad más divertida y entrañable. Lo que me gusta es compartir mi tiempo con otros seres humanos.
¿Qué tipo de juguetes compramos a nuestros hijos?
Debemos pensar mucho también respecto al ocio de nuestros hijos y qué tipo de juguetes les compramos. Es un tema complejo.
Yo he tenido muchísimos fracasos de los que me arrepiento aunque es verdad que cada vez más, conforme mi chaval crece, parece que vamos acertando un poco más.
En nuestro caso hemos intentado evitar los juguetes basados en el tamaño y el plástico. Hemos procurado evitar dejarnos deslumbrar por las luces y lo aparatoso.
Siempre nos han horrorizado los juguetes con muchas pilas que intentan hipnotizar por el tamaño y el ruido que hacen.
Cuando ha sido posible nos hemos centrado en opciones que potencian la creatividad y el hecho de compartir experiencias. Poco a poco le hemos ido acercando a la música y a la pintura.
Nos hemos aficionado a los puzzles, a los juegos de mesa, a pintar… y hasta el momento estamos disfrutando mucho juntos y cada vez más. Es él quién pide esas actividades. Le hace ilusión.
No sé si esto durará en el futuro, pero creo que lo que más aprecia mi hijo es que pasemos tiempo de calidad juntos.
Minimalismo en turismo y viajes
El minimalismo también se puede aplicar al turismo (una faceta del ocio muy importante), otra actividad que estamos complicando demasiado y que requiere un consumo de recursos ingente.
Parece que viajar dentro de nuestro país se ha vuelto algo vulgar y poco exótico.
Os recomiendo un libro espectacular, divertido, motivador y muy simpático llamado Monterapia, de Juanjo Garbizu.
@respconsumo en Twitter | Responsable Consumo en Instagram
Cogemos aviones como si fueran taxis y visitamos lugares remotos dejando de lado espectaculares rincones a pocos kilómetros de nuestras casas.
Me encanta viajar, pero lo que realmente me encanta es disfrutar de los entornos y de la gente con la viajo. Cualquier lugar esconde rincones interesantes.

Creo que deberíamos reciclarnos mentalmente e intentar conocer lo que está a mano y si surge la oportunidad de hacer viajes de largo recorrido aprovechar y disfrutarlos también, pero que no sean estos, la única opción.
El hecho de que haya billetes de avión baratos no es motivo para que siempre andemos viajando a lugares lejanos.
A mi me gusta pensar que con mi ocio ayudo a personas que se lo están currando mucho y por eso me gratifica ir a lugares cercanos que intentan promocionar sus encantos a base de dar muy buenos servicios.
Minimalismo alimenticio
Estoy intentando simplificar la alimentación porque creo que el sistema nos hace abrazar unos hábitos muy complejos que requieren tener demasiadas cosas en la cocina y malgastar mucha energía y recursos.
Alimentarse es algo que hacemos continuamente por lo que impacta mucho en nuestro consumo. Nuestra nevera no se llena sola. Pensemos que debido al alto grado de procesamiento de los alimentos que usualmente compramos, todo viene empaquetado .
Si conseguimos no rendirnos a la comodidad del supermercado se puede reducir la producción de residuos comprando a granel. Cuantos menos refrescos enlatados y embotellados menos plásticos consumiremos.
No hace falta ser un chef para gestionar nuestros menús, es más, seguramente esas tendencias tan barrocas nos perjudican. Todo lo que viene en paquete suele tener un alto grado de procesamiento.
Los alimentos ultraprocesados no son los más recomendables para nuestra salud. Identifica la comida real y deja de lado los alimentos superfluos que no aportan nada.
Se generan muchísimos residuos con estos productos ya que todos vienen súper empaquetados y cubiertos de plásticos, son adictivos y nos deforman el paladar con sus sabores y texturas espectaculares.
Procuraremos evitar las bollería, barritas energéticas, cereales azucarados, galletas, snaks, postres azucarados, alimentos precocinados, salchichas, zumos, refrescos, batidos, etc…
Sé que parece imposible, pero no, si te aficionas a la comida de verdad no te hará falta comer alimentos superfluos.
Cuando aprendemos a disfrutar de una zanahoria cruda y crujiente, de una buena pieza de fruta, de los frutos secos crudos… dejas de depender de otras cosas. Son mucho más saciantes y por supuesto mucho más sanos que matar el hambre con snaks de la máquina de vending o un bollo.
Es de dominio público que debemos ir reduciendo el consumo de azúcar.
Se puede hacer poco a poco. En mi caso, en un par de años me he quitado el azúcar del café, del yogur natural y de las infusiones. Ya no me apetece. Si quiero pecar lo hago con chocolate de calidad que está delicioso.
Haz tu propia mezcla de azúcar y cacao natural. Si tienes una tienda a mano que venda cacao a granel es muy sencillo: mezclas el azúcar y el cacao en la proporción que quieras y poco a poco puedes reducir la cantidad de azúcar.
Los cacaos más conocidos (los que tienen dinero para invertir en publicidad y cuyos anuncios están en los medios de comunicación) que venden en los supermercados suelen tener del orden del 80% de azúcar y el 20% de cacao.
Abandonar la vida hiperazucarada es un buen hábito alimenticio. Es un ejemplo más de minimalismo alimenticio. El azucar sobre, así que fuera!!
Educamos a nuestros hijos echando azúcar en grandes cantidades a todo y nos hacemos adictos a esos sabores. Es una condena para nuestra salud.
Si no cocinas, te cocinan.
Debes valorar en qué inviertes tu tiempo. Hay cosas que hay hacer aunque requieran tiempo. Supongo que te ducharás y te lavarás los dientes ¿no?. Son hábitos de higiene corporal que nos guste o no, debemos respetar.
Aunque limpiar tu cuerpo o asear la casa no pueda parecerte algo divertido, hay que hacerlo. En el ámbito alimenticio hay que prepararse la comida para evitar las consecuencias.
Evidentemente puedes pagar para que te limpien o te cocinen. El caso es que nadie como tú para tomar las decisiones en la cocina.
Si te lo trabajas un poco y tienes buenos recursos en la despensa no hará falta que inviertas mucho tiempo para prepararte la comida. Ahorrarás dinero y ganarás en salud.
@respconsumo en Twitter | Responsable Consumo en Instagram
Ahora mismo me he dado cuenta de que no tengo nada preparado para el tupper de mañana, pero no pasa nada. Abro un bote de judías blancas, pico pimiento y añado un poco de salmón natural en conserva con un pepinillo picado y ya he solucionado la comida de dos personas.

Desde que dedico tiempo a cocinar y he simplificado mi dieta he adelgazado, he mejorado mis marcadores de colesterol y he dejado de tener molestias de estómago. Cada vez me acostumbro más a no complicarme la vida y con tres ingredientes bien combinados apaño opciones muy apetecibles.
Aprende y escucha de nuestros especialistas y nutricionistas.
Tengo como hábito el escuchar a nuestros nutricionistas más consagrados, lo llevo haciendo un par de años, y os puedo asegurar que si tuviera que resumir sus consejos en pocas palabras sería: simplifica tu dieta y come comida real.
Tengo preparados podcasts más centrados en alimentación que iré publicando, pero por el momento puedes escuchar este en el que hablo de Aitor Sánchez y su libro Mi dieta cojea https://responsableconsumo.es/aprende-alimentacion-nutricion-sana/ Aitor Sánchez fue quién hizo que empezara a replantearme mi alimentación.
Entre los mitos y los errores que hemos aprendido hasta ahora hay que dedicar un mucho tiempo para reprogramarnos. Está bien que me escuches, pero mejor escucha a los profesionales. No des por sentado nada y abre la mente. Aprende de los especialistas.
Nutricionistas recomendados
Os dejo la referencia de los nutricionistas que suelo escuchar, no están todos por supuesto pero es un comienzo. Seguro que aprendes un montón de cosas interesantes.
Julio Basulto
http://www.juliobasulto.com
Comer de todo no es sano BBVA Aprendemos Juntos
Carlos Ríos – Realfooding Life
https://realfooding.com/
Aitor Sánchez
https://www.midietacojea.com/
https://www.ivoox.com/podcast-mi-dieta-cojea-radio-nutricion-dietetica_sq_f1135597_1.html
Juan Revenga
https://juanrevenga.com/
Ángela Quintas
https://angelaquintas.es/
Lucía Martínez
https://www.dimequecomes.com/p/contacto-profesional.html
El comidista
https://elcomidista.elpais.com/
Comiendo con María
Consulta de nutrición 100% personalizada y cursos de nutrición online.
La sed se quita con agua
Me he criado en una familia adicta a las bebidas gaseosas. Toda mi vida he tenido un acceso ilimitado a las bebidas de cola, gaseosas y refrescos en general. Hoy día después de perseverar y tener una pareja menos compulsiva en esto de las bebidas puedo decir que ya no compramos nunca refrescos, zumos o batidos de chocolate.
Tenemos cervezas con y sin alcohol que normalmente consumimos en los fines de semana. Y estoy planteando terminar con el alcohol definitivamente.
Yo soy muy cervecero y os voy confesar que desde que dejé de beber alcohol entre semana he perdido algunos kilos que me sobraban y me encuentro mejor. Ese pequeño paso, me ahorra muchos litros de cerveza al año.
Con la excusa de cocinar me bebía medio litro de cerveza al día y esto siempre va a más porque no tenemos límites. Eso supone una gran cantidad de cerveza y alcohol a la semana.
Se vive igual de bien no bebiendo cerveza. Puedes probarlo y puedes aprender a disfrutar del agua fresca y si acaso del agua con gas, o la cerveza sin alcohol.
De cara al consumo responsable puedo decir que ahora no compro latas y consumo en vidrio y así puedo reciclar las botellas.
El minimalismo alimenticio pasa por dejar los refrescos, batidos, alcoholes, cervezas, snaks, bollería, alcohol, batidos o zumos. Dejemos los ultraprocesados y el consumo masivo de carne y estaremos aportando mucho al medio ambiente y a nuestra salud.
Menos carne y más legumbres y vegetales
Consumir tanta carne perjudica seriamente al medio ambiente y por lo que dicen los especialistas en alimentación, también a nuestra salud. Mejor racionalizar el consumo de carne y aumentar la proporción de vegeales y legumbres.
El minimalismo alimenticio y la simplicidad es una manera de ahorrar tiempo, dinero y de conectar con uno mismo porque implicarse en esta tarea tan importante te obliga a tomar consciencia y a aprender de manera constante.
Es una recomendación que puede parecer difícil de poner en marcha, pero es cuestión de ir poco a poco.
Infórmate, lee y escucha y nadie tendrá que decirte qué comer, tú serás capaz de tomar decisiones correctas.
Comidas convergentes del responsable consumo
Si te interesa la alimentación te informo de que voy a publicar mis recetas rápidas y sencillas que llamo «comidas convergentes», muy fáciles de preparar y apetecibles. Si me sigues instagram voy publicando los platos que recomendaré.
Solemos cocinar siempre los mismos platos semanalmente, somos animales de costumbres. Una vez que cambies tus hábitos, no hará falta hacer esfuerzos para alimentarse adecuadamente y de manera saludable: será lo normal para ti y para quién cocines.