Dejar de tener coche es ahora una cuestión que muchas personas pueden y deben plantearse sin viven en una gran ciudad. Esto es algo que me ha pasado, una de mis pragmáticas verdades y espero que os pueda ayudar a decidir.
Nos han enseñado a tener una falsa necesidad y a depender de un vehículo en propiedad
Generalmente la idea de tener coche en propiedad la tenemos grabada a fuego gracias a una labor insistente de la publicidad y de los hábitos sociales. Las opiniones de la sociedad, la familia o los amigos forman parte de nuestras decisiones y no somos libres.
Somos muy influenciables y parece que la idea de «tener coche» puede que sea la idea que nos hacíamos en los años 80 o 90. Sin embargo las cosas cambian y tener coche puede que no se ajuste a nuestras necesidades reales. Las cosas han cambiado por la sencilla razón de que ahora puedes disponer del servicio que da un vehículo sin tener uno.
Hace tiempo vendimos el coche como una solución temporal. Tuvimos que valorar si comprar o alquilar coche viviendo en Madrid. Cinco años después seguimos sin tener coche en propiedad y dudo que nos volvamos a meter en ese compromiso económico. Llega un momento en el que hay que decidir si comprar un coche o alquilarlo.
Siempre que había que pagar una avería grande pensábamos en vender el coche hasta que por fin tomamos la decisión y pusimos punto y final. Tener coche se había convertido en el agujero negro por el que se escapaban nuestros ahorros. En general, para el uso que se le daba, empezamos a valorar la posibilidad de prescindir de tener un vehículo en propiedad.
Tener coche se ha convertido en una segunda hipoteca vital y en muchas ocasiones es totalmente evitable
Valorar qué es caro o barato es algo difícil de normalizar entre las personas ya que cada individuo tiene sus propios criterios. Siendo objetivos, es evidente que tener un coche siempre disponible para el uso y disfrute es una comodidad. Esto es algo difícil de cuestionar. Si la comodidad te condiciona la vida, puede ser un problema.
Si te gastas tu dinero en el coche no lo puedes dedicar a otras posibles necesidades de la vida como pueda ser: una alimentación más cuidada con productos de calidad, un consumo de moda más responsable que aunque sea un poco más cara tiene buenas prácticas productivas, un ocio de calidad o una buena almohada… por poner varios ejemplos. ¿Por qué suponemos que tener coche es más importante que cuidar nuestra alimentación o nuestro descanso?, ¿quién lo ha dicho?
Teniendo en cuenta que la mayoría de las personas vivimos con unos recursos económicos limitados, cuando dedicas parte de tu sueldo a una partida presupuestaria determinada, hay otra que queda sin cubrir. Valora qué es más importante en tu vida.
Al ver que el peso económico de tener coche estaba acabando con los ahorros y que éste estaba aparcado la mayoría del tiempo, decidimos que para nosotros tener un vehículo en propiedad resultaba caro.
Nos han hecho creer que tener coche es algo indispensable, y de hecho, puede que lo sea para algunas personas, pero os aseguro que en muchos casos, no siempre es así.
La pregunta es: ¿necesitas realmente el coche?
Tómate tu tiempo y sopesa la decisión. Infórmate rigurosamente de cuánto dinero supone tener y mantener un coche anualmente y te ayudará a dar con la respuesta. Valora cómo sería tu vida sin coche y si es factible.
Yo pensaba que era algo imposible y estaba equivocado. Se puede vivir sin coche en propiedad.
Sé consciente de que tu decisión no la vas a poder tomar en libertad ya que hay una industria poderosa y manipuladora que nos han lavado el cerebro muy eficientemente durante muchos años. Responder a esta pregunta objetivamente, seguramente implique atentar contra tu comodidad así que ármate de valor. No te dejes llevar por las falsas necesidades creadas para que consumamos.
La realidad actual es que hay una gran saturación de vehículos que colapsa la circulación y ocasiona grandes problemas de polución. Tenemos que cambiar el chip, y tender a consumir racionalmente empezando si podemos, prescindiendo de tener coche en propiedad. Son muchos pequeños actos como este los que sirven como herramienta de transformación social.
La decisión de tener cosas en propiedad no siempre es la mejor opción. El ser humano tiende a una comodidad desbordante, tiende a que se le haga todo, al mínimo esfuerzo y a poseer cosas aunque no se necesiten.
Soy de los que ha tenido coche desde los 18 años y ya os digo que era totalmente prescindible pero todo el mundo esperaba en mi entorno, que una persona con carné de conducir debía tener a su disposición un coche. Esto era así sin valorar si era necesario.
Tener coche es una decisión importante y tenemos el deber y el compromiso de sopesar si es o no necesario porque nuestro futuro depende de este tipo de decisiones.
Somos nosotros, los consumidores corrientes y molientes, los que podemos cambiar la tendencia actual y optimizar el uso de vehículo. Ahora hay opciones, lo único que falta es un cambio en la voluntad del consumidor. Por tanto, necesitamos que haya opciones alternativas viables para que podamos seguir haciendo una vida normal y desplazarnos cuando ésta lo requiera sin tener que comprar un coche.
El mundo del motor es una parte importante de la economía, una piedra angular de hecho, ya que gran parte de la población tiene coche. Según la DGT en 2016 se matricularon 22.876.830 nuevos turismos en España. Esto significa que hay mucho dinero en juego.
Dentro del sistema en el que vivimos, esto significa lamentablemente que van a pesar más los intereses económicos que las necesidades de las personas.
Estamos en una situación de inercia en la que es complicado corregir el rumbo. Tanto la industria como los consumidores estamos dentro de esta rueda. Aunque es un modelo insostenible, en las grandes ciudades seguimos perpetuando un modelo caduco que hace aguas. No se puede casi aparcar, el tráfico es imposible y hay tanta contaminación que pronto habrá que aumentar las restricciones de tráfico.
Podemos ser críticos y pensar en la posibilidad de que nos están colando un gol con el tema del motor. Es un modelo que aunque está obsoleto, funciona. La gente sigue comprando coches por ahora. Cada vez, además, los coches los hacen para que duren menos y no interesa la reparación. La obsolescencia programada, que es un atentado contra la humanidad en aspectos de sostenibilidad, es vergonzosamente descarada en el mundo del motor. En cuanto vence la garantía, al día siguiente, empiezan las averías. Somos los consumidores los que estamos validando este modelo.
Lo que puedo asegurar es que tener coche es cómodo y eso es algo evidente. Cuando no tienes coche y alquilas tienes que ser más previsor y organizarte la vida un poco más. En mi caso y con las nuevas tecnologías, no creo que organizarse sea una tarea complicada. Lo mejor es ir probando el servicio de alquiler que más se adapta a tus necesidades.
Si tu coche está aparcado la mayoría del tiempo, puede que no lo necesites. Ese es el primer síntoma de que no es necesario.
En mi caso, el coche se quedaba aparcado de lunes a viernes y sólo se usaba puntualmente para hacer la compra, ir a ver a la familia y salir algún fin de semana. Es verdad que yo personalmente, antes incluso de conocer a mi pareja, siempre he tenido coche en propiedad y me había mal acostumbrado a esa comodidad. Cuando uno calcula que esa comodidad viene a suponer 3.500 € anuales decides plantar cara al problema.
Si te parece puedes continuar leyendo o escuchando acerca de este tema en mi próximo post donde hablo de las nuevas fórmulas que están apareciendo en las grandes ciudades para alquilar vehículos. Debido a que he sobrevivido sin tener coche durante más de 5 años he tenido tiempo de probar servicios y puedo contaros de primera mano cuál ha sido mi experiencia con sus pros y sus contras.
En estos momentos son tantas las opciones que uno puede hasta perderse. Es evidente que si han proliferado tantas empresas de car-sharing o alquiles de vehículos por horas, es porque hay mercado. Se han dado cuenta de que en las grandes ciudades la situación cada vez es más caótica y los usuarios necesitan una alternativa viable al hecho de tener un coche en propiedad. En mi caso, este tipo de servicios son un gran apoyo pero tengo que reconocer que lo que más me está funcionando en mi organización del día a día, es no complicar demasiado los planes y si hay que alquilar coche, reservar con tiempo. Al final el secreto de dejar de tener coche, es poder tener un coche, pero de alquiler.
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