Es importante hacer un buen uso del tupper para comer en el trabajo si quieres cuidar tu salud y no contaminar.
Voy a continuar hablando de la importancia de hacer un buen uso del tupper a la hora de comer en el trabajo (recomiendo que sea de vidrio o de materiales sin BPA). Si hay una gran demanda de comida por encargo, es lógico que surjan empresas que den el servicio. Los responsables del impacto de esta tendencia, no lo olvidemos, somos nosotros: los consumidores.
Puedes escuchar el anterior capítulo del Responsable Consumo en el siguiente enlace: Llevar el tupper a la compra reduce el consumo de plásticos
Existe una tendencia generalizada en los centros de trabajo de pedir menús por encargo, y esto puede ser un problema medioambiental y de salud.
No critico a las empresas que nos venden la comida o a los restaurantes y los menús que nos ofrecen. Lo que quiero poner de manifiesto, es que la comida que tú no cocinas, te la cocinan otros, y no vas a controlar las cantidades, las calidades ni la materia prima. Esto significa que puede que estés poniendo en peligro tu salud. La otra consecuencia de esta nueva tendencia de encargar los menús, es que se generan muchísimos residuos ya que de alguna manera hay que hacer llegar la comida al cliente, y por el momento los tuppers de usar y tirar y las barquetas son las opciones más viables económica y logísticamente.
En una publicación anterior comentaba la opción de llevarnos los tupper a la compra para evitar el consumo de envases y barquetas que sólo usamos para transportar el alimento del comercio al domicilio. El tupper bien usado es un gran invento, aunque de por sí, pueda suponer un residuo al final de su vida útil.
Quiero profundizar un poco más en el uso del tupper (según mi propia experiencia), para haceros un par de recomendaciones que pueden suponer una mejoras de hábitos y mejoras medioambientales. Puede que no se perciba a simple vista la relación entre la salud, el medioambiente y el uso del tupper, pero existe.
Pensemos en la cantidad de personas en edad laboral que comen en las oficinas o lugares de trabajo. Somos muchos y por tanto, nuestros hábitos van a tener un gran impacto. Pedir comida por encargo en el entorno laboral puede suponer un gran problema medioambiental.
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Surgen nuevas demandas en el campo de la restauración por la necesidad de ahorrar tiempo y salir antes del trabajo.
No todo el mundo tiene las mismas facilidades para organizarse las comidas, pero en las oficinas es frecuente que los empleados resuelvan sus necesidades de alimentarse con nuevas opciones más allá de desplazarse físicamente a un restaurante. Intentamos rascar tiempo de cualquier manera para poder salir un poco antes. Total ¿quién necesita 60 ó 90 minutos para comer?.
El problema que surge frecuentemente es que los empleados no queremos perder tiempo en salir a comer y poder apurar así un poco más la hora de salida para atender la vida personal. En muchos lugares ya es una realidad que hay opción de usar los comedores comunes dotados de mesas, neveras y microondas. Teniendo estas facilidades sólo nos queda aprovechar esta oportunidad. Hay quién se cocina su comida, otros salen a comer un menú del día y una nueva mayoría, lo que hace, es pedir la comida por encargo.
Hay jornadas continuas en algunas empresas que permiten salir a las 15:00 horas por lo que si uno come de manera ágil, a las 15:30 estoy listo para irme a casa haciendo la digestión. Es una manera de aprovechar la tarde y dedicarla, generalmente, a nuestras familias y a nuestros hijos.
Las empresas han detectado esta demanda y alrededor de los grandes núcleos empresariales (por ejemplo la zona norte de Madrid) se ofertan menús «a domicilio» que son entregados al cliente en su centro de trabajo por un repartidor. Ensaladas, comida casera (este término tan vistoso como vacío de contenido), hamburguesas, pizzas… la oferta es infinita.
Hasta aquí parece que se ha cubierto una necesidad, pero ojo, que no es oro todo lo que reluce. Esto no deja de ser un parche según lo veo yo, porque el problema de comer fuera está en el hecho de comer fuera (bueno en este caso comes dentro de la oficina comida de fuera, pero comida que no cocinas tú). En este sentido es cierto que ahorramos tiempo, pero sacrificamos dos aspectos que me preocupan profundamente: la salud y el medioambiente.
Si no cocinas tu comida, otros lo harán por ti sin tener en cuenta tus necesidades.
Comer de restaurante habitualmente supone una supuesta comodidad pero a su vez, un gran sacrificio de salud. Este hábito me costó engordar 8 kilos en un año y que se me disparara el colesterol. Yo como mucho más de lo que necesito cuando salgo fuera (y también en casa, por desgracia): primero, segundo y postre (cuesta no tomar decisiones equivocadas) y eso pasa factura. Desde mis pragmáticas verdades esto me supuso ganar peso y sufrir habitualmente acidez de estómago y digestiones pesadas. Sobrealimentarse no me sentó muy bien.
Cuento esto para que entendamos que nuestra necesidad de comer, impacta de diversas maneras: me preocupa mucho la salud (asumo que comer habitualmente comida de cátering afecta negativamente a cualquier persona aunque no hay ningún estudio científico que pueda aportar en esta publicación) y el impacto medioambiental ya que pedir comida de encargo supone un consumo de plásticos desorbitado.
Dependiendo de nuestros hábitos alimenticios estaremos contribuyendo más o menos negativamente a nivel global. Por ejemplo, nos guste o no, consumir carne supone una inversión energética y de recursos naturales descomunal que se traduce, por ejemplo, en la deforestación de la selva amazónica.
No obstante no voy a hablar en esta publicación de lo que comemos sino de cómo llega la comida hasta nuestra mesa en el entorno laboral: en un tupper que uno se lleva de casa o bien, pidiendo por encargo el menú a alguna empresa de cátering.
La comida por encargo en el entorno laboral supone un consumo de plásticos absurdo.
Esto es así por el hecho irrefutable de que el recipiente que se va a usar para transportar los alimentos va a tener una vida útil de escasas horas. Tengamos en cuenta que dichos recipientes suelen venir en una bolsa (de papel o plástico) difícil de reutilizar y frecuentemente se acompaña de alguna bebida (lata o botella) y de un juego de cubiertos de plástico.
Ya he hablado antes del concepto «usar y tirar», la religión de la comodidad absoluta que nos condena a aumentar la producción de residuos a niveles tan altos que hasta las autoridades (muy permisivas con las empresas y negacionistas por motivos políticos) están planteando prohibir ciertos tipos de artículos como las pajitas.
Esta práctica afecta en un nivel tan amplio que me ha movido a dedicar un buen rato a pensar en ello. La comida por encargo vemos que implica producir grandes cantidades de residuos. No es lo mismo ir a un restaurante donde se usan cubiertos, vasos y platos reusables que encargar un menú. El precio es más o menos el mismo pero el impacto ambiental varía considerablemente.
Otro frente abierto que me parece necesario regular es el del consumo indiscriminado de botellas de agua en lugares con una buena calidad de agua de grifo. Deberíamos ser conscientes y acostumbrarnos a usar botellas reutilizables que tienen una larga vida útil (yo uso una de acero Inoxidable sin BPA). El agua embotellada se justifica en ciertos contextos, no lo niego, pero no tiene sentido que cada día vea en el cubo de basura del de mi trabajo, centenares de botellas vacías que han sido usadas una sola vez y todo, teniendo un surtidor de agua fresca disponible.
Llevar tu tupper al trabajo mejora tu salud y contribuye al respeto del medioambiente
Antes de nada: si te vas a llevar el tupper de casa, que sea uno de vidrio (aunque haya otros materiales), te lo aconsejo. Al calentar comida en el microondas se producen altas temperaturas y hay transferencias del plástico a los alimentos. Esto lo evitas usando un tupper de vidrio que además de ser más resistente, es mucho más higiénico y sencillo de fregar. Como usando tus tuppers evitas comer plástico y producir residuos, lo cual es algo que nuestro organismo y el entorno agradecerá.
Piensa en el recipiente en el que se transporta esa comida por encargo y cómo le afecta un recalentado en microondas.
Hay plásticos de diversa calidad, ¿te has preguntado si ese tupper está hecho de un material que aguanta la temperatura que genera un microondas? Tengo una teoría: si esos recipientes fueran de buena calidad, la empresa que te vende la comida lo anunciaría a bombo y platillo.
Lo veo mientras caliento mi tupper en la oficina diariamente y la verdad es que los soportes de la comida por encargo me da tan poca confianza como los tupper de los chinos (esos redondos blancos).
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En mi casa, procuro no guardar comida caliente recién cocinada en los tuppers que no son de vidrio.
Independientemente de la calidad del plástico que usemos, la comida caliente siempre es un medio apropiado para que se produzcan transferencias de partículas y materiales que no deseo comerme.
Preparar tu tupper de la comida significa que vas a tener que dedicar tiempo a cocinar y eso te ayudará controlar lo que comes.
Aprovecha y simplifica tu dieta. Si dedicas horas a ver series ¿por qué no dedicarte tiempo para alimentarte bien?. Teniendo una buena despensa hay cientos de recetas saludables y rápidas de preparar.
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Llevándote la comida de casa:
- vas a ahorrar mucho dinero, de eso no cabe duda alguna. Sacrificarás algo de tiempo y comodidad, eso también es verdad, pero así son las cosas.
- Vas a controlar mucho mejor la cantidad de comida que tomas y la materia prima que uses seguro que es mejor que lo que usan en los restaurantes.
Desde que puse en marcha esta iniciativa he conseguido estabilizar mis niveles de colesterol (aunque esto requiere hacer ejercicio y moverse, por lo menos en mi caso) y no notar mis digestiones. Simplemente he dejado de tener digestiones pesadas y acidez de estómago.
No es tan difícil organizarse para que, si acaso vas a pedir comida de encargo, o bien ir a comer fuera algún día, que sea ocasionalmente.
Esto ya será un gran avance porque realmente el coste que hay que pagar (medioambiental y en salud) por la comodidad de que te cocinen terceros es insostenible. El exceso de comodidad
Enlaces de interés:
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