En esta publicación os voy a hablar de nutrición y alimentación responsable (un tema que me apasiona y que trato en este blog en numerosas ocasiones).
Os presento en Responsable Consumo a Aitor Sánchez: dietista-nutricionista, tecnólogo alimentario, investigador, educador, formador y voluntario.
Puedes encontrar a este experto en nutrición en twitter como @midietacojea y en su web y blog de referencia www.midietacojea.es
Descubrí a a Aitor Sánchez de casualidad. Le escuché en varios podcast de nutrición ya que colabora en Melodía Fm, Radio Nacional de España, RTVE, etc… Además tiene un canal youtube muy popular y publica contenidos frecuentemente en su blog de Mi dieta cojea. Si te gusta el tema de la alimentación y la nutrición y quieres ampliar información sobre esta persona y lo que enseña te dejo algunos enlaces al final de post.
Entré en la web https://www.midietacojea.com y vi que había un libro publicado con ese mismo nombre: Mi dieta cojea y no dudé en comprarlo. Escuché un par de ponencias muy educativas, divertidas y muy contestatarias respecto a ciertas industrias que no piensan mucho en nuestra salud y me sedujo profundamente; me pareció que Aitor era un buen candidato para convertirse en uno de mis referentes en temas de nutrición y alguien sobre quién escribir y recomendar en esta web sobre consumo responsable.
En esto del consumo responsable hay que cuestionarse todo y no aceptar nuestros conocimientos como dogmas. Estamos muy contaminados, por ejemplo por el bombardeo continuo de la publicidad, la cultura popular y los falsos mitos. Tenemos que reeducarnos y abrir la mente si aspiramos a tomar buenas decisiones.
En particular, en lo que se refiere a nutrición viene bien tener muy claro qué alimentos tienen propiedades beneficiosas para nosotros. Hay que diferenciarlos de los que nos pintan como saludables en la caja de algún producto. La industria usa mensajes y medias verdades para que consumamos sus productos y no siempre piensa en la salud de los consumidores.
Te recomiendo leer y escuchar a Aitor Sánchez, será tu mejor dieta y por supuesto una buena opción de consumo responsable. Aprenderás a tomar decisiones acertadas y a ser crítico con tu alimentación.
Mi dieta cojea es un libro que desmonta falsas creencias sobre alimentación. Te va a revelar muchas pragmáticas verdades. Estos son los mitos que Aitor Sánchez desmonta y que te explica de forma simple para que podamos ser objetivos y críticos a la hora de alimentarnos.
- Mito 1. «Hay que tomar menos grasa»
- Mito 2. «Para adelgazar basta con tomar menos kilocalorías»
- Mito 3. «Hay que seguir una dieta equilibrada»
- Mito 4. «No hay alimentos buenos ni malos»
- Mito 5. «Hay que comer como dice la pirámide alimentaria»
- Mito 6. «El desayuno es la comida más importante del día»
- Mito 7. «Los hidratos de carbono engordan por la noche»
- Mito 8. «Debemos comer cinco veces al día»
- Mito 9. «Cuidado con el colesterol»
- Mito 10. Tan sencillo como comprar pan integral
- Mito 11. «Es necesario tomar leche»
- Mito 12. «La carne provoca cáncer
- Mito 13. «No es seguro llevar una dieta vegetariana»
- Mito 14. «Hay que comer más productos naturales»
- Mito 15. «El azúcar es necesario»
- Mito 16. «Tomar un poco de alcohol es bueno para el corazón»
- Mito 17. «La obesidad es cosa de ricos»
- Mito 18. «Los alimentos funcionales mejoran nuestra salud»
- Mito 19. Aditivos seguros, aditivos inocuos
Hacer las cosas bien es un camino sin retorno que mejorará tus hábitos alimenticios y tu dieta. No sufrirás en el proceso porque querrás cambiar voluntariamente. Con el libro, el blog, las charlas y los podcats de Aitor Sánchez te aseguro que vas a aprender a tomar buenas decisiones.
La alimentación en la generación del 1975
Durante mi infancia me enseñaron a comer con la convicción de que nuestra dieta es la mejor del mundo aunque podemos comprobar que no es oro todo lo que reluce. Entiendo que mis abuelos y las personas que vivieron la postguerra pasaron muchas necesidades e incluso hambre, y esa sí que es una dieta difícil. Por lo que se vivió en aquel momento, se tenía la idea de que el niño sano, era el niño gordo y lustroso lo cual no era ninguna locura porque eso significaba que había comida en el plato. En 1975, año de mi nacimiento, debió arraigar el sentimiento de escasez sufrido, y eso de que un chaval creciera hermoso seguía siendo un signo de buena crianza. El problema es que ya nos invadía la bollería industrial, los batidos, las galletas… y demás procesados que se abrían camino de manera fulminante en nuestras casas. Empezaban a dar la cara, poco a poco, las consecuencias de los malos hábitos que se colaban cada vez más en nuestra supuesta dieta mediterránea.
En mi caso, a los 11 o 12 años tuve que revisar mis hábitos porque estaba cogiendo peso por falta de ejercicio sobre todo, y porque entiendo que mi alimentación no estaba siendo del todo correcta. Tengo que reconocer que soy de la generación del Spectrum y me encantaba jugar con el ordenador. Este invento sustituyó al deporte y a la actividad física. Comer bollicaos a media mañana y merendar una magdalena con un colacao, un bocata etc… no era lo que más me convenía. En aquellos entonces no había internet y Aitor Sánchez no había nacido pero el sentido común en ocasiones es un gran poder que tiene el ser humano. Dejé de invertir tantas horas delante del televisor, empecé a hacer natación y judo, empecé a jugar más con mis amigos en el parque y dejé de picar y comer tantos bollos.
He crecido con una dieta variada donde he comido mayormente comida casera (dieta mediterránea por supuesto) pero contaminada por alimentos poco saludables de una manera más que ocasional. Con el tiempo las grandes superficies y la publicidad ofrecían cada vez mayor cantidad de alimentos cuestionables que se iban instalando en nuestras neveras. Las personas hemos ido aprendiendo malos hábitos que hemos considerado saludables y hasta ahora todo ha ido empeorando. Esta dinámica ha sido el germen de la actual hegemonía de los supermercados. La industria necesita vendernos sus productos por encima de todo incluso de nuestra salud, la industria necesita crecer porque sino muere.
He adquirido muchas costumbre alimenticias poco recomendables de mi vida familiar antes de vivir por mi cuenta. Me refiero, por ejemplo, a comer sistemáticamente purés de patatas en polvo, sopas de sobre, sopicaldos para cocinar, congelados, salchichas, colorantes artificiales, refrescos azucarados o no azucarados de tipo light (que no sé qué es peor) etc… para lo cual me he tenido que someterme a un proceso de reflexión y reseteo que estoy llevando a cabo desde hace un tiempo. Detectar estos errores es complicado porque no los percibes como tales. Dado que nuestros hábitos se han construido de forma colectiva como un dogma, ir en contra de ellos es retratarse y ser un transgresor rebelde que tiene problemas de adaptación. Si hablas del tema, serás además un pesado así que debes valorar si haces tu revolución en la intimidad o bien, la compartes con las personas que te rodean para tratar de influir.
Cuestiónate lo que consideras sano o saludable, revisa tu dieta, tus hábitos y aprende de gente con recorrido como Aitor Sánchez, una persona valiente que se planta públicamente ante los excesos de la industria y las instituciones que avalan sus productos poco recomendables.
Nos hemos rodeado de falsos mitos que Aitor nos ayuda a desmontar en su libro Mi dieta cojea. Hay muchas leyendas negras, mensajes publicitarios confusos, medias verdades y mucho apego a la cultura popular que hace que no decidamos bien a la hora de hacer la compra. Nos hemos negado a otras opciones alimenticias por no salirnos de la norma. Hemos aceptado como normal consumir alimentos procesados como una costumbre. Nos llevamos las manos a la cabeza cuando nos dicen, de repente en los periódicos, que las carnes procesadas puedan aumentar el riesgo de cáncer o que el alcohol no es beneficioso. ¿Acaso no es algo que se cae por su propio peso? Los mitos son usados por la industria para que sigamos consumiendo y comprando alimentos que no nos hacen falta y que no nos benefician. Refrescos light, alimentos precocinados bajos en grasa así como salsas, panes de molde «integrales», galletas digestive… un repertorio muy instalado en nuestros hogares.
Estos últimos 40 años han sido el momento de expansión de las grandes superficies comerciales y de la globalización de la industria alimentaria. Tenemos que ser resistentes y revelarnos contra la tendencia poco ética de las empresas que nos ofrezcan de forma sistemática productos que no son saludables. Debemos plantarnos; aprender y ser críticos. No debemos dejar de preocuparnos por nuestra salud. Vemos como nos invade la bollería industrial, las pizzas, los platos preparados, la falta de tiempo…
Debemos conseguir que nuestra nutrición nos emocione y nos preocupe tanto como lo hacemos por Juego de Tronos, la religión o el fútbol para trabajar en recuperar hábitos saludables. Es nuestra salud la que está en juego por encima de la cuenta de resultados de las marcas.
Esto del consumo responsable es una travesía a contracorriente que causa fatiga, así que prepárate, porque si quieres tener una alimentación sana y saludable vas a tener que aceptar realidades diferentes a las que te han pintado y has interiorizado. Si decides aprender y mejorar en este aspecto, considera que tendrás que iniciar una verdadera revolución que te afectará a ti y a los que te rodean. Ya te adelanto que te someterás a grandes dosis de incomprensión. Paciencia. Sigue leyendo o escuchando y verás por qué te digo esto.
¿Dónde comprar nuestros alimentos? En el pequeño comercio, sin duda
El autor de Mi dieta cojea incide mucho en que sepamos escoger nuestros alimentos y por tanto el lugar donde los compramos. Otro hecho a tener en cuenta es no fiarnos de nada, aunque compremos en tiendas eco o pequeños comercios. Tenemos que acostumbrarnos a leer detenidamente e las etiquetas ya que algo eco que venga del otro lado del mundo tendrá una huella ecológica nociva por la cantidad de energía que se requiere para que llegue hasta nuestras manos. Dedica tiempo a revisar qué es lo que consumes.
Estoy muy de acuerdo con los consejos de Aitor Sánchez. Os dejo aquí algunas reflexiones respecto a este tema desde mis pragmáticas verdades.
Pese a que tenemos un ritmo frenético donde lo que más nos falta es el tiempo, comprar es necesario. Compro en pequeños comercios de mi barrio aunque nos quieran convencer de que se tarda más que si lo haces en el supermercado. Ir al supermercado cada vez me resulta más desagradable, mientras que en los locales que descubro y que visito frecuentemente, me siento estupendamente atendido. Si tienes la opción de elegir, haz la prueba. Respecto al tema del precio ya hablaré en otra ocasión porque es un tema muy interesante. Creo que es un mito eso de que las grandes superficies ofrecen mejores precios.
Busco productos de cercanía y calidad, y creo que consigo unos buenos resultados con este método. Si te analizas un poco verás que tienes hábitos repetitivos y que básicamente comemos siempre lo mismo. No me refiero a caprichos o excepciones, me refiero a que siempre terminas comprando, más o menos, las mismas cosas.
Planificar los menús es muy importante porque te permite saber qué vas a necesitar durante la semana evitando que ciertos productos se estropeen y facilita reutilizar los restos de unos platos para cocinar otros. Me refiero, por ejemplo, a que si haces puré de calabacín, con el caldo sobrante puedes hacer un cus-cus o un arroz.
Cuando estudias tus hábitos y planificas tu dieta durante un tiempo conseguirás ir a tiro hecho ahorrando mucho tiempo y comprando de manera eficiente.
Comprando en pequeños comercios diversificas el flujo de tu dinero. Si distribuyes tus compras apoyas a muchos pequeños negocios del barrio lo cual enriquece la diversidad y la calidad de los productos. Si compras todo en una gran superficie le estás dando demasiado poder a una empresa que puede ejercer malas prácticas.
Mejoras en mis hábitos diarios que he puesto en marcha y que me están dando resultados y hacen sentir mejor.
- En vez de un zumo de naranja, me como una naranja (los alimentos siempre en la matriz)
- No cojo ascensores
- Me obligo a caminar un mínimo de 5 kilómetros al día
- No beber alcohol o beber lo menos posible
- No tomar snaks teniendo a mano siempre opciones saludables
- No comprar nada en la máquina de vending
- Comer pan «de verdad» comprado en un sitio que me asegura que lleva agua, harina, sal y nada más. Sitios como El Panifiesto por ejemplo
- No comer comidas procesadas para lo que hay que cocinar y tener siempre a mano alimentos saludables
- Tomar productos locales y de temporada, procurando comer lo que toque, aunque me guste menos
- Como en tantas otras facetas de la vida, hay que aprender a decir que «no» al picoteo, a las tapas, a comer en sitios de los que no nos fiamos. Es necesario relacionarnos con amigos y familiares, pero diciendo que no a lo que no nos conviene.
- Dedicar tiempo a comprar en pequeños establecimientos y comercios de confianza y a cocinar.
- Simplificar y no comer cuando no tengo hambre. Por motivos sociales muchas veces comemos sin sentir necesidad de ello.
- Planificar los menús semanales para aprovechar al máximo nuestros recursos
- Procurar no comer fuera de casa, comer comida rápida, alimentos precocinados, etc…
- Tener siempre a mano alimentos que merezcan la pena para comer cuando me da el hambre (fruta, pepinos, zanahorias, higos secos, pasas, frutos secos crudos y con cáscara, etc…)
- Abandonar los refrescos azucarados, colas o similares y tener siempre agua a mano.
- Aprovechar cualquier rato libre para pasear, subir escaleras o lo que surja es muy positivo ya que un kilómetro de aquí y otro de allá tomado como un hábito es una importante medida de activación física.
- Comer y cenar a horas prudentes. Personalmente considero pronto comer a las 13:00 horas y cenar a las 20:30 horas. Este horario me permite no percibir mis digestiones.
- Aunque sea en casa, procurar no picar nada durante el rato que estoy cocinando (y escuchando podcasts o pensando que voy a escribir en mi siguiente post)
- He dejado de comer salchichas y lo sustituyo por hamburguesas vegetarianas. Ojo, no es lo óptimo, porque siguen siendo procesados, pero son mejor opción. Como asignatura pendiente tengo hacerlas yo mismo.
- Revisar una y otra vez mis hábitos, detectar lo mejorable y ponerlo en la lista de «pendientes»
Enlaces de interés para conocer a Aitor Sánchez de Mi dieta cojea
- Web Mi dieta cojea
- Libro Mi dieta cojea
- Canal de vídeo youtube Mi mesa cojea de Aitor Sánchez
- Los mitos en la alimentación – Video youtube charla TedX Ovideo University
- Podcasts de Aitor Sánchez en Ivoox
- Charla Naukas 2015 – Si Pitágoras fuese nutricionista
- Charla Naukas 2017 – Si Si Donald Trump fuese nutricionista